La obesidad tiene efectos perjudiciales sobre la salud y la longevidad de perros y gatos por lo que la necesidad de su tratamiento es indiscutible.
El aumento de peso y de tejido adiposo, tiene numerosas consecuencias clínicas, sobre todo por la predisposición a determinadas enfermedades, aunque en muchas ocasiones no se le da importancia.
Para evitar los riesgos asociados, es imprescindible un tratamiento de la obesidad que comience por la concienciación del propietario y que incluya un manejo nutricional adecuado y la prescripción de ejercicio.
Tratamiento de la obesidad
La obesidad no es más que un desequilibrio entre la energía que se aporta y la que se gasta, el tratamiento consiste en reducir el consumo energético y aumentar el ejercicio.
Llevarlo a la práctica no siempre es fácil y no siempre se consigue el resultado deseado.
Para lograralo es fundamental seguir los siguientes pasos:
El propietario se debe implicar
Debes ser consciente del sobrepeso de tu mascota, del perjuicio que supone para su salud y de la necesidad de poner remedio.
Si no estás concienciado de la situación y no estás dispuesto a colaborar, no tiene sentido seguir adelante.
Determinar el peso objetivo y el aporte energético
Hay que determinar el peso al que debe llegar el animal en función de este calcular el racionamiento energético.
Para que el tratamiento funcione se debe respetar rigurosamente la ración indicada.
Seleccionar y prescribir una dieta de adelgazamiento.
Debe ser restringida en calorías y provocar efecto saciante:
proteína adecuado, mayor sensación de saciedad, ración más voluminosa, cantidad exacta, palatabilidad.
Otros beneficios:
En los animales obesos se produce una mayor sobrecarga articular, por lo que es interesante que estas dietas incorporen condroprotectores , glucosamina y condroitina.
Por otro lado aunque se reduzca el nivel de grasa, el aporte de ácidos grasos y de vitaminas debe ser adecuado para mantener en buen estado la piel y el pelo.
Hay que tener en cuenta la presentación seca y húmeda del alimento. El alimento seco es más fácil de racionar y el alimento húmedo aporta más volumen.
Una opción posible es combinar ambas, lo cual es intersante sobre todo para saciar al iniciar el tratamiento.
Ejercicio físico:
Constituye otro pilar del tratamiento de la obesidad, y sus beneficios se basan en aumentar el gasto de energía y favorecer el desarrollo muscular. Se debe prescribir el ejercicio de forma precisa y adapatarse tanto al animal cómo al propietario.
Seguimiento y control:
Primer control de forma inmediata para evaluar si el animal acepta o no la dieta. Se irá pesando el perro cada 2 semanas para ver si la pérdida de peso es adecuada. Si no lo es habrá que ver qué falla y reajustar la ración si es necesario.
Una vez alcanzado el peso objetivo se debe seguir controlando el aporte energético y hacer un seguimiento del peso para evitar el efcto rebote.
Conclusión :
La obesidad es un serio problema de salud. Su tratamiento se basa en una dieta de adelgazamiento, con racionamiento adecuado, unida al aumento de ejercicio, son fundamentales la implicación del propietario y el seguimiento.