Se pueden encontrar listas de establecimientos autorizados en las páginas amarillas, periódicos locales, revistas de gatos, pueden recibir consejos de veterinarios, de las tiendas de mascotas o incluso de amigos, pero la decisión final es suya. Visite personalmente las instalaciones antes de tomar una decisión. Al final de la página se muestra una lista de los detalles que se deben tener en cuenta. Si el titular de la residencia se niega a dejarle ver el establecimiento acuda a otra residencia..
Tipos de residencias felinas
Generalmente se clasifican como “outdoor” (exterior), es decir, con una zona al aire libre donde
pueden salir los gatos o “indoor” (interior, cerrada), sin acceso al exterior. La mayoría de los gatos disfrutan más teniendo una zona de acceso al exterior y además también se asegura de esta manera que haya una buena ventilación para prevenir la propagación de enfermedades. Aunque las residencias “indoor” pueden ser acogedoras, el hecho de ser espacios completamente cerrados puede favorecer que las bacterias y los virus permanezcan en el ambiente y se puedan transmitir de gato a gato a menos que exista una buena forma de ventilación. Un buen diseño de una residencia debe garantizar que: El alojamiento del gato tiene por separado una zona de descanso a cubierto y su propia zona de ejercicio y juego. Deben tener un tamaño apropiado y ser cálidas, secas y seguras. No pueda haber contacto directo entre los gatos alojados en la residencia ( salvo que provengan de la misma casa y se alojen juntos) ni con animales del exterior.. Solo se alojarán juntos los gatos que procedan de la misma casa. Haya una ventilación adecuada para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión aérea. Haya una distancia mínima de 0,6 metros entre las distintas unidades de alojamiento o si están adosadas que estén aisladas entre ellas de forma que no pasen aerosoles ni que los gatos se puedan tocar entre sí. Los gatos tienen una vista interesante para estimularles, rascadores, juguetes, escaleras… Tienen un lugar en alto en la zona exterior donde descansar y disfrutar del sol.
Buena gestión de la residencia Una buena residencia debería: Pedir mucha información sobre el gato cuando se realiza la reserva – nombre, edad, sexo, raza o marcas especiales, qué le gusta y qué le disgusta, hábitos alimentarios y debilidades. También debería preguntar si es de pelo largo o corto ya que podría haber un cargo adicional para el aseo de gatos de pelo largo. Insistir en que el gato esté correctamente vacunado y asegurarse de ello con los datos reflejados en su cartilla de vacunación (recuerde llevar la cartilla de vacunación consigo). Preguntar por el historial clínico del gato y pedir el nombre y teléfono de su veterinario habitual por si surgiera una emergencia y el veterinario del centro necesitara ponerse en contacto. Es posible que le soliciten que firme un formulario de consentimiento por si el gato precisara medicación durante su estancia. Si su gato ya toma algún medicamento, asegúrese de que en la residencia estén dispuestos a administrárselo Etiquételos cuidadosamente con el nombre del gato y la pauta de administración; es posible que haya un cargo adicional por su administración. ¿Toma su gato alguna dieta especial? Dígaselo al responsable de la residencia; si es una dita de prescripción, es posible que sea usted quien tenga que proporcionarla. Deje un teléfono de contacto, o el de algún amigo a familiar que pueda tomar decisiones en su nombre y asegurarse de que su contacto está informado
Vacunación Para todas las residencias se requiere que el gato esté al día de vacunas contra la gripe felina (herpesvirus y calicivirus) y contra la enteritis infecciosa felina (panleucopenia) que es una enfermedad altamente contagiosa.
Gatos de edad avanzada o enfermos Si el gato es muy mayor o sufre una enfermedad terminal es aconsejable hablar de lo que al propietario le gustaría que se hiciera en el caso desafortunado de que el gato se pusiera muy enfermo o incluso muriera mientras él está ausente. Es de gran utilidad para los propietarios de la residencia tener esta información.
Reservar con antelación Es importante hacer la reserva lo antes posible ya que si la calidad de la residencia es buena, se llenará pronto. Si está planeando viajar al extranjero, haga una prerreserva; puede confirmala reserva cuando tenga los detalles del vuelo.
El equipaje del gato Por lo general, una residencia le pedirá que lleve la cama de su gato, porque ayudará a que se adapte mejor, aunque algunas prefieren utilizar las suyas propias;, en este caso, le pueden permitir llevar una manta, toalla o prenda de ropa que le sea familiar al gato. No lave la prenda de antemano ya que el olor familiar le tranquilizará. Su juguete favorito también es una buena opción para llevar a la residencia.
Transporte del gato No lleve a su gato a la residencia en brazos. Hasta que se encuentre dentro, la responsabilidad de su seguridad es por completo suya. Asegurese de que el transportin del gato es fuerte, amplio y lo suficientemente sólido para evitar que el gato se escape pero a la vez que tenga aireación y que le deje ver lo suficiente. Es mejor forrarlo con varias hojas de papel de periódico que utilizar su ropa de cama que se destinará para su uso en la residencia. No transporte al gato en cajas de madera ya que tienen mala ventilación, son muy inseguras y además si se mojan pueden deshacerse (el gato puede marearse u orinar al ir en el coche). Es recomendable también no alimentar al gato antes de trasladarlo.
Llegada a la residencia Al llegar a la residencia con su gato, compruebe siempre que la información sobre la dieta, historial clínico o medicación de su gato haya sido correctamente escrito en la tarjeta de registro o en el contrato. Compruebe el nombre y el número del contacto y confirme la fecha de su regreso y la hora estimada que recogerá al gato. Si se retrasara su regreso, debe comunicarlo a la residencia lo antes posible (no olvide llevar anotado el número de teléfono de la residencia). Todas las residencias deben tener licencia proporcionada por las Autoridades Locales.